jueves, 19 de mayo de 2016

Entreviñetas:
Desde el 2010, Entreviñetas ha dado pasos para convertirse en una de las principales plataformas para la promoción de ambiciosos proyectos creativos para el cómic, el dibujo y las artes gráficas en Colombia y América Latina. Organizamos ferias, redes de lectura, laboratorios de expresión gráfica y y uno de los festivales más reconocidos en la escena del cómic de América Latina.
Sus ideas promueven el diálogo artístico, la promoción de la lectura, los mecanismos de circulación alternativa de contenidos y los proyectos creativos de calidad. A través de espacios que integran a empresas e instituciones públicas y privadas, apostamos por asociar a dibujo y el lenguaje del cómic a diversos campos de la cultura contemporánea.

Comunicación alternativa en organizaciones juveniles
Con este proyecto se busca establecer las identidades juveniles dentro de un grupo de jóvenes en la ciudad de Medellín, en este caso Entreviñetas, a través de la observación, valoración y un juicio de su organización, además de sus expresiones juveniles con impactos locales. Para llegar a esto, tuvimos primero que realizar una crónica de vida de cada uno de los integrantes de nuestro grupo de trabajo, reconociendo así, nuestras propias identidades, nuestras expresiones y nuestra apropiación de territorio.
Historias de vida: 
  • Mi nombre es Karen Vanessa García Yepes, nací en Medellín el día 12 de mayo de 1997 a las 6:22 de la mañana en la Clínica León XIII.
Mi familia está conformada por mi papá, Gustavo Adolfo García Jaramillo, quien fue trabajador independiente, vendiendo bolsas plásticas y el material para estas; mi mamá, Alba Nora Yepes Giraldo, quien trabaja en un almacén de bolsas plásticas y desechables y mi hermanita Mariacamila García Yepes quien se encuentra cursando el séptimo grado de bachillerato.
Durante mis años de vida (18 años) he vivido en dos ciudades y en un país. Antes de cumplir mi primer año, mis papas me llevaron con ellos a vivir a Cali, cuando tenía 3 años ingresé a pre-jardín en el Centro Educativo y Artístico El Árbol de Colores, en este centro educativo era tímida, pues era mi primer año de estudio, pero ese no fue impedimento para conseguir amigos. Al siguiente año cursé jardín en el Liceo Infantil Sueños Felices, aquí fui dejando un poco la timidez y me volví un poco grosera con mis compañeros. Cuando tenía 5 años mis papas me inscribieron en la Fundación Colegio Parroquial San Pedro Claver y fue allí donde estudié desde preescolar hasta finalizar el grado primero, en esta escuela cambié mi actitud ya que era de monjitas y debía saber comportarme. Desde niña siempre me caractericé por ser muy alegre y a la vez tímida, me gustaba ir al parque todos los días a las 2 de la tarde cuando estaba haciendo demasiado sol para ver si lograba ser un poco ms morena, nunca lo logré, pues soy muy blanca.
Cuando tenía 5 años me enteré que en el vientre de mi mamá estaba creciendo mi hermanita, al ella nacer, nos trasladamos a Medellín. Al principio fue un cambio duro; ya que yo tenía mis amiguitos y amiguitas de la escuela y de mi barrio en Cali, pero logré adaptarme muy bien a la mudanza. Por el cambio de ciudad tuve que hacer un cambio de escuela; ingresé a la Institución Educativa Agustín Nieto Caballero a cursar el segundo grado, tuve un choque cultural impresionante, pues yo estaba muy pequeña y adaptarme a ese nuevo cambio no fue tarea para nada fácil y además aquí el calendario académico era diferente al de Cali, pues en Cali se finalizaba el año académico a mitad de año, mientras que aquí a mitad de año ya llevaban mucho estudio. Para ingresar a esta escuela debía de hacer un examen para ver si debía de repetir primero o iniciar segundo, lo gané y por lo tanto ingresé a segundo sin importar que mis compañeros estuviesen adelantados; en esta escuela logré graduarme de primaria y pude ser promovida a bachillerato, ingresé a la Institución Educativa Alfonso López Pumarejo en el año 2008.
En este mismo año (2008), mi papá desapareció y no volvimos a saber nada de él. Mi mamá y mi abuela pusieron denuncias y distribuyeron carteles por toda la ciudad para poder saber alguna información de su paradero; además de esto, mi abuela empezó a asistir al parque Berrio, donde se encuentran “Las madres de la Candelaria”.  Desde este suceso mi rendimiento académico bajó, pues en primaria obtuve mención de honor todos los años por ser la mejor estudiante, mientras que en bachillerato llegué a perder mi primera materia. Mi vida social cambió desde ese entonces, ya que me volví demasiado introvertida. Con el paso del tiempo fui mejorando académicamente al igual que mi vida social había cambiado, pues ya no era tan introvertida.
En el 2012 era una niña muy insegura, pues me daba miedo todo lo que pasara a mí alrededor debido a lo sucedido con mi papá y al secuestro de mi tía cuando yo tenía 10 años. En este mismo año cumplí mis 15 años de edad; tuve una pequeña fiesta realizada por mis amigas, fue sencillo, pero me encantó, después me fui de viaje con mis primas que también tenían la misma edad, para Republica Dominicana y Panamá. Cuando regresé mi mamá me dijo que debíamos cambiarnos de barrio, ya que donde vivíamos se estaba poniendo muy peligroso. Fue así como llegamos a Envigado, donde actualmente vivo. Adaptarme al cambio fue duro, ya que ingresé a mitad de año a la Institución Educativa Normal Superior de Envigado a cursar el grado decimo; allí me acogieron bien, era un grupo pequeño y supe poco a poco como adaptarme a el cambio. En este colegio dejé un poco mi inseguridad gracias a que llegaron nuevos amigos y amigas que me hicieron sentir bien y quienes me decían que me notaban muy insegura y no debía serlo; por esto, empecé a participar en los actos cívicos de la institución, en estos llegué a bailar en más de cinco ocasiones, ya fuera por ser el día de la Antioqueñidad o por ser cualquier acto cultural que realizara el colegio. En este colegio logré graduarme de bachillerato.
En el 2014 emprendí una aventura rumbo a Australia, un país lleno de diversidad de culturas, tuve un choque cultural fuerte, pues no era lo mismo que cambiar de ciudad, este fue un cambio grande. Aquí llegué a Brisbane, donde empecé a estudiar inglés en una pequeña escuela con personas de diferentes países; conocí colombianos, asiáticos, irlandeses, alemanes, españoles, etc. Mi salón era pequeño, estaba rodeada de un montón de japoneses y chinos, yo era la única latina, fue bueno ser la diferente del grupo, pues todos recurrían a mí para saber un poco más sobre Colombia y nuestra cultura. Aquí estuve durante 5 meses, meses en los que lloré, reí, pero más que todo disfrute en grande y aprendí demasiado. 
En el 2015 ingresé donde actualmente estudio, la Universidad de Medellín, empecé estudiando Comunicación y Lenguajes Audiovisuales, al principio me gustó, pero después no me sentía bien conmigo misma así que un semestre después opté por cambiar de carrera y estudiar Comunicación y Relaciones Corporativas, con este cambio me sentí muchísimo mejor y ahora si siento que estoy bien conmigo misma y ahora me encuentro en tercer semestre.
Para concluir, podría decir que mi apropiación y adaptación a las culturas, las costumbres, los espacios y el hecho de relacionarme con diferentes personas fue difícil, pero al final siempre supe cómo adaptarme a todo. Mi personalidad cambió con todo esto, pues no tuve una infancia guiada por mi papá y esto me llevó a ser una persona un poco débil. Mi mayor miedo en Cali, Medellín y Australia, siempre fue que no pudiera llegar a adaptarme a la cultura y a las personas que estaban en estas dos ciudades y un país. En Australia tuve miedo de estar sola, ya que jamás lo había estado, pero gracias a esto es que soy quien soy en este momento; pues ya me siento capaz de emprender mi camino sola y me gustaría conocer muchas más ciudades, nuevos países y diferentes culturas.

  •  A lo largo de mi vida he vivido en muchos lugares, estado en muchas casas, barrios, escuelas diferentes conociendo a muchas personas, esto ha hecho que mi identidad sea muy diversa lo que dificulta poder dar una definición concreta y detallada de mí.

Nací en Urrao-Antioquia en diciembre del noventa y siete, hijo de Jhon Varela (un trabajador independiente dedicado a la construcción) y Amparo Caro (trabaja actualmente como diseñadora y modista, pero en mi nacimiento trabajaba como mesera) de bajos recursos, en ese entonces ya era hermano de tres personas más (Andrés, Paulina  y Mariana, hermanos mayores), a los pocos meses mis padres debido a las circunstancias en las que estaban y los peligros constantes de la región tomaron la decisión de cambiar de tierra.
Llegué con siete meses a Quibdó la capital del Chocó, donde las oportunidades de trabajo para mis padres eran mayores. Los inicios fueron duros para mi familia, pero mi infancia fue buena; jugaba algunas tardes con niños del barrio donde vivía, todos eran negros y entonces contrastaba por ser blanco, pero esto fue algo que me ayudó a diferenciarme de ellos, incluso en la escuela fue así. A los 5 años de edad inicié a estudiar cursando preescolar hasta cuarto de primaria, siendo yo el mejor de mi clase gracias al cariño de las profesoras que veían en mí a alguien diferente. En el año 2007 nació mi última hermana (Isabela), yo terminaba cuarto de primaria y mi hermano el bachillerato; por la mente de mis padres se consideró la idea de vivir en Medellín para que mi hermanos continuaran sus estudios, pero tomar una decisión fue muy difícil, al final mi madre decidió enviar a mi hermano a Medellín y ella decidió probar suerte otra vez en Urrao junto conmigo y mis hermanas, mi padre se quedó en Quibdó.
Iniciando otra etapa de mi vida lejos de mi hermano y padre, entro a estudiar quinto de primaria en una escuela muy diferente a la que estudié, allí la gente era diferente y el color de piel mío ya no era algo que me caracterizara de los demás; adaptarme no fue difícil gracias a mi actitud y mi apariencia (resultaba ser alguien tierno a la vista de las niñas mayores que yo, y los hombres vieron en mi alguien confiable, fiel y entretenido). Duré un año en esas tierras antes de que mi mamá decidiera probar suerte en Medellín; durante ese tiempo experimente y conocí muchas cosas (mi estadía en Quibdó, fue buena, pero ocurría que vivía en una burbuja controlada por mis padres que me dejaban frente al televisor varias horas y me permitían salir pocas veces, y todo era algo muy controlado, pero yo aprovechaba al máximo esas oportunidades para jugar con los niños del barrio), en Urrao tenia mayor libertad y yo la aprovechaba al máximo: tenía varios grupos de amigos, los del colegio, los de mi barrio,  y los que conocía por ser amigo del otro; con cada uno eran diferentes las actividades que hacíamos, pero a pesar de tener muchos amigos y amigas, prefería estar rodeado de hombres jugando futbol, montando bicicleta (gracias a montar bicicleta llegue a desarrollar mi espíritu aventurero; con ella fueron muchos los peligros vividos pero también me dejaron muchas experiencias) y cometiendo daños; con las mujeres con quienes casi no me relacionaba, era popular porque siempre escuchaba el rumor de que muchas gustaban de mí. Cuando tuve que marcharme de Urrao fue duro, no quería pero debía.
Llegue a la ciudad, vivía en Itagüí, un municipio muy grande donde fue más difícil relacionarme en sociedad, inicié a estudiar sexto de bachillerato, el choque cultural y el adaptarme a los demás grupos de jóvenes fue difícil. Viviendo allá no encontré una identidad propia, cambié muchas cosas en mi forma de pensar y de actuar, tuve varios cambio de actitudes y muchos de imagen; pase de ser de un joven relevante en Quibdó y Urrao a alguien muy atrasado en la nueva cultura, no pude ser yo y me limitaba a querer seguir a los demás atrasando mi desarrollo personal. Pero en Itagüí mi madre no consiguió la estabilidad que necesitábamos y cuando mejor me sentía (en ese tiempo fue que mejor me sentí viviendo allá, al igual que en Urrao había conseguido el respeto de mis amigos y para las mujeres seguí pareciendo alguien lindo pero ya me miraban con otros ojos), ella decidió volver a Quibdó conmigo y mis tres hermanas. Mi hermano se quedó solo en Medellín y mi papá que estuvo solo durante esos dos años continuó en Quibdó.
Llegamos a Quibdó y yo llegué a cursar séptimo de bachillerato, había llegado con mucha experiencia de culturas diferentes y llegué a un sitio que ya conocía, volver a adaptarme fue fácil, pero por dentro sabía que la cultura chocoana era una que estaba muy atrasada, el municipio ya me parecía muy aburrido y las personas también; llegué a un nuevo colegio (donde mi hermano se graduó y tenía amigos que me conocían) me relacionaba por fuera de clases con un grupo de amigos (eran diferentes a los amigos que ya había tenido cuando vivía de niño porque antes todos  eran negros y estos nuevos que conocí eran blancos, pasábamos el tiempo con actividades diferentes a la de los negros, nosotros un grupo de amigos de diferentes colegios, llamados por los negros como ‘los paisas’). Con ellos volví ver en el futbol una pasión y jugábamos, salía de noche, muchos tenían moto y reuníamos plata y salíamos de paseo a sitios cerca o dábamos vueltas por todo Quibdó (en Urrao practicaba en la bicicleta y conocía otras partes, en Itagüí caminé mucho conociendo y en Quibdó montaba motocicleta). Pero mi llegada y el querer volver adaptarme me hizo olvidar de la amistad de las mujeres, no me interesaban tanto (como la mayor parte de mi vida ya la había disfrutado con amigos, llegué queriendo encontrar amigos nuevos y me olvidé de querer buscar amigas), siempre que me relacionaba con ellas un sentimiento de ‘pena’ me invadía (toda mi vida me puedo considerar como alguien penoso, quien prefiere callar para no incomodar o no quedar mal, de alguna forma siendo muy conformista) por lo que prefería evitarlas.
Y así fue hasta décimo grado, la relación con mi grupo de amigos se fue desvaneciendo, mi mama había decido volver a Medellín (debido a que mi hermana  Mariana terminó sus estudios, cuando yo iniciaba noveno grado ella se fue a Medellín a continuar estudiando, pero para ella este fue un cambio muy duro que le afectó la salud, mi mamá decidió irse a vivir con ella) y yo durante ese tiempo me quedé solo con mi papá. Ya no era lo mismo vivir allá, por un tiempo me sentí bien viviendo en Quibdó,  pero había tenido varias relaciones amorosas fugases, mi relación con algunos amigos se había dañado y la relación con mi padre no era la mejor. Estas cosas hicieron que yo cambiara mi actitud y al terminar décimo grado decidí que lo mejor era ir a vivir a Medellín con mi mama.
Llegué a Medellín siendo casi un adulto, ya conocía mucho acerca de la vida (desde pequeño mis padres siempre me enseñaron el valor del trabajo, el vicio y los diferentes tipos que hay, los había conocido en los diferentes sitios que viví pero en Medellín pude tener una nueva concepción de esto y de la vida en sí) y la idea de experimentar y conocer guiaba mis días; mi clase era una repleta de mujeres solo había 5 hombres, y el ambiente entre mujeres era muy diferente a los que acostumbraba. Adaptarme al ambiente que proporcionaba el colegio y el barrio no fue fácil por varios factores que hacía que no me sintiera identificados con ellos. Del colegio no tengo tantas cosas buenas que decir excepto que gracias a lo aprendido allí y todas las demás (escuelas y colegios) logré ganar una oportunidad que me permite continuar mis estudios (actualmente estudio en la universidad de Medellín) y estar junto a toda mi familia (el único que no vivía en Medellín era mi papá, pero él llegó el año que terminé el bachillerato).

En conclusión podría decir que mi apropiación y adaptación a las culturas, las costumbres, los espacios y la relación con las diferentes personas fue siempre en un principio difícil de entender pero con el tiempo y los aprendizajes que iban arreglando, cambiando y mejorando mi personalidad, me permitieron llegar en algún momento sentirme identificado con ellos; permitiéndome expresar a mi manera y contribuyendo a las causas que nos motivaban. Todos los sitios que viví mi mayor miedo surgía de un temor y desconocimiento de las personas y de lo que podían llegar hacer: desde pequeño me cultivaron la idea de que en el mundo hay mucha gente mala que me puede hacer daño (como vendedores de alucinógenos, ladrones, delincuentes, estafadores, matones, grupos armados) y siempre me señalaban que toda iniciaba con las drogas y el vicio (ellos como prevención siempre estaban controlándome -excepto cuando viví en Urrao que tuve más libertad y conocí mucho- evitando que saliera mucho a la calle, estando pendiente de mis comportamientos y vigilando mi entorno, intentaban evitar que cogiera malos caminos); entonces por un tiempo le tuve miedo a las personas que consideraba peligrosas o dañinas para mí, en especial las viciosas (debía de evitar los sitios donde estos circulaban o interactuaban) y también a la droga en sí. Pero en una idea de querer experimentar cosas nuevas probé algunas drogas naturales que hicieron que mi vida tuviera otra perspectiva, conocí mucha gente nueva (que me contaron muchas experiencias y visiones del mundo; a muchos se les pueden considerar como criminales) que a pesar que sé que no puedo confiar en ellos ya no temo a lo que puedan hacer  y esta forma de pensar ha hecho que yo me pueda aceptar mejor a mí mismo y no tema a los riesgos o peligros que pueden dar una ciudad tan grande.

 Jovenes de Entreviñetas y su aparición en la escena del comic:

Indagando un poco dentro de nuestra agrupación selecta, Entreviñetas, quisimos obtener respuesta a la pregunta ¿qué es ser joven hoy en Medellín? y poder identificar dentro de la organización de jóvenes, Entreviñetas, al igual que nosotros, sus formas de apropiación de territorio, bajo las nociones del espacio público, ciudad y ciudadanía.


 Festival Entresviñetas:



Las iniciativas de Entreviñetas se crearon como una motivación cultural para los jóvenes interesados por la lectura y por las lecturas dibujadas.
El festival de Entreviñetas se hace con el propósito de atraer a otro tipo de lectores a la escena del comic, que se consolida como un espacio para los jóvenes, que son los nuevos consumidores de comic en Colombia, como también para lectores mayores y todos estos tengan un espacio para conocer más acerca de su realización, producción y distribución, teniendo la oportunidad de conocer, siguiendo la idea del festival que no se enfoca solo en el comic, aunque es su tema principal, sino que también se busca atraer a escritores, músicos y cineastas para que aporten desde sus conocimientos, nuevas ideas para que los jóvenes realicen y se atrevan producir sus ideas.
Esto nace como una acción cultural para la promoción  y mediación de la  lectura. Con estas iniciativas de interés la corporación Entreviñetas realiza cada año diferentes eventos con la iniciativa de convocar a personas apasionadas en al dibujo y comic.
La formas de agrupación de los grupos, se inspiran en los proyectos realizados por Entreviñetas, para la interacción entre estos jóvenes está el  festival principal de entre viñetas con un programa de eventos públicos realizados en importantes centros culturales, bibliotecas, librerías, parques y universidad; esto realizado cada año, pero quincenalmente se suele promover la red de lectores de Entreviñetas. En los proyectos realizados por Entreviñetas se reúnen desde jóvenes, hasta mayores de las diferentes clases sociales.
Los asistentes a los eventos realizados, son muy diversos sus perfiles, ya que se encuentran personas con diferentes clases sociales, rangos de edad, niveles de estudio, profesiones y lugares de origen.
La Revista Larva es una de las promotoras de comic más reconocidas en Latinoamérica; fundada el 31 de octubre de 2006. El Festival Internacional de Comic y Dibujo Entreviñetas es una corporación sin ánimo de lucro fundada en el 2011; esta es una iniciativa de motivación cultural que nació para los jóvenes interesados por la lectura y más que eso, por el atractivo hacia las lecturas dibujadas.


La integración de Entreviñetas consta de varias personas, encargadas cada una de un aspecto diferente; dentro de estas se encuentran Daniel Jiménez Quiroz quien es el director, Alejandra Gómez es quien se encarga de los temas comerciales, administrativos y contables; Ricardo Rodríguez es el programador de contenidos; Pablo Guerra es un asesor externo que también apoya temas gestión en contenidos; Abraham Restrepo es quien se encarga de la exhibiciones, exposiciones y residencias; Kelly apoya las cuestiones artísticas como las exposiciones o talleres y también apoya temas documentales; Silvia Gómez es quien se encarga de las ferias editoriales que se llevan a cabo en la organización. Entre ellos son los encargados de redes de lectura, laboratorios de expresión gráfica y organizan los festivales más reconocidos en la escena del cómic en Colombia y con gran influencia en América Latina.

Entreviñetas se enfoca y se gestiona desd­­­­­­­e ­­­tres líneas como lo son la edición, creación de contenidos de diferentes lenguajes desde las narrativas gráficas o el dibujo y además tiene una acción cultural como la promoción  y mediación de lectura. Con estas iniciativas de interés la corporación Entreviñetas realiza cada año diferentes eventos con la iniciativa de convocar a personas apasionadas en al dibujo y comic. Como proyecto reciente con mucha acogida se realizará en la segunda mitad del presente año la segunda edición de la ‘Feria Vagabunda’ en algunas ciudades del país y  el Festival de Entreviñetas que se lleva acabo anualmente, este año cumple con su sexta edición en septiembre. El  festival se realiza hasta el momento en varias ciudades de Colombia como lo son: Bucaramanga, Manizales, Medellín, Bogotá, Cali, Cartagena y lo que se busca es que cada año se pueda llegar a nuevas ciudades y ampliar el circulo donde se mueve el festival, algo muy importante y que cabe destacar es que en este festival, los artistas invitados en cada ciudad son diferentes así como los mismos temas a tratar, siguiendo el lineamiento de la revista larva para no caer en la monotonía y para que el público tenga la oportunidad de disfrutar un evento totalmente diferente en cada ciudad. La idea es promover a través de espacios que integran a empresas e instituciones públicas y privadas, que quieran apostar en distintas acciones culturales relacionadas con un lenguaje basado en el dibujo y el comic, para intervenir en procesos de dinamización artística y ciudadana pensados en los diálogos e intercambios creativos para la promoción de la lectura.
El festival cada año cuenta con grandes patrocinadores nacionales e internacionales, como también independientes, entre los más destacados están: los grandes patrocinadores como lo son; el banco de la república y Wacom, una compañía internacional que produce tabletas gráficas, digitalizadoras y otros productos relacionados. Tiene alianzas estratégicas, con universidades nacionales privadas, empresas gubernamentales, editoriales y las cajas de compensación familiar de varias regiones del país. Los medios asociados al festival son: Bacanika, Cartel Urbano, Larva, Radiopachone, El Espectador y El Parlante Amarillo.

La red de lectores

En asocio con organizaciones públicas y privadas como librerías, bibliotecas, colegios y universidades, se amplia el diálogo, proyección y difusión de la obra de autores, editoriales y aprendizajes alrededor del cómic como ingrediente clave de las mejores dietas de lectura. Esto se llama  Red de lectores, un grupo de lectores de cómic y libros ilustrados. Mes a mes, a través de una serie de clubes de lectura, talleres, laboratorios y festejos, se convoca a todo tipo de personas a compartir un libro de cómic, una idea dibujada, una lectura salpimentada por viñetas.


Laboratorio

El trabajo realizado a la fecha, creo en el 2015 un área específica que atiende a los proyectos artísticos ideados por Entreviñetas. Esta área trabaja para inventar, animar y conspirar alrededor de nuevos proyectos, tanto de autores nacionales como internacionales, llevándolos a centros, museos e instituciones.
No se trata de colgar páginas de cómic o ilustraciones en paredes, sino de exhibir y ofrecer nuevas dinámicas de promoción a los procesos creativos de autores y editores.
Uno de nuestros proyectos especiales en esta área es el programa permanente de residencias de intercambio y diálogo artístico que presentamos en el 2013. Se trata de un programa pionero que permite la movilidad de artistas, editores y promotores del cómic desde el exterior hacia Colombia. En un periodo de uno a dos meses, perfiles representativos del mundo del cómic y el dibujo son invitados al país para desarrollar un proyecto específico que permita el tránsito e intercambio de ideas con actores locales.

 Seguimiento de residencias artísticas 2015: https://laboratorioentrevinetas.wordpress.com/


Las exposiciones y proyectos artísticos han llevado la asociación con instituciones como el Museo de Arte Moderno de Medellín, el Banco de la República de Colombia, el Museo La Tertulia, la Fundación Casa Tres Patios, Taller 7, la Biblioteca Nacional de Colombia y el Ministerio de Cultura de Colombia.
 Al igual cuenta con otros respaldos:

Entrevista a Daniel Jiménez Quiroz, director de la revista Larva y el Festival Entreviñetas


Daniel: Cuando comenzamos, Larva era un fanzine de 16 páginas. Lo creamos un grupo de amigos, todos estudiábamos en la Universidad del Quindío, en Armenia, una ciudad pequeña en el centro de Colombia. Creamos la publicación de una manera un poco improvisada, lo que nos motivaba era el simple hecho de publicar cosas que nos entusiasmaran. Aparecimos en un momento en el que el concepto de edición independiente apenas existía en Colombia y, además, estábamos en una ciudad periférica donde aún era más difícil. Aparte de eso, Larva decidió dedicarse por completo al cómic en un país donde no hay tradición fuerte en ese ámbito, si bien existieron publicaciones representativas en distintos momentos y varios años atrás que, algunas para bien y otras para mal, nos sirvieron como referencia. Nosotros conocíamos de esa tradición anecdótica, de todos esos obstáculos, pero no prestamos mucha atención, si lo hubiésemos hecho nos hubiésemos frustrado.
Los primeros números de Larva son realmente incipientes, pero significaron una escuela para nosotros. Nos encontrábamos con gente que nos decía que no le interesaba leer cómic porque creía que no iba a encontrar una lectura valiosa y nosotros, en vez de rasgarnos las vestiduras, decidimos empezar a generar eventos que desembocaran en la posibilidad de seducir a ese tipo de lectores. Cada obstáculo nos hacía ser más tercos. Y el proyecto comenzó a crecer y a mutar. Yo siempre he dicho que es una revista mutante en el sentido de que nunca hemos estado muy atados a quedarnos en un formato o a una manera de hacer las cosas.  Si en algún momento nos aburrimos, la hemos cambiado, aunque eso ha significado pausas. Como en 2013, cuando no se editó en formato impreso porque decidimos que fuese un año sabático. Esos paréntesis son valiosos, porque nos dan tiempo para plantearnos el proyecto y crear otros nuevos. Pienso, entonces, que si existe algo que pueda afirmar como un ingrediente característico de la edición independiente es esa posibilidad de fijar un ritmo propio, de no dejarse atropellar por el vaivén o las prisas del mundo en el que vivimos.
Ahora con Larva somos muy conscientes de que no queremos seguir haciendo lo que hacíamos al comienzo. El panorama es bien distinto y nosotros también. Ahora en Colombia y América Latina hay muchas editoriales independientes que publican cómic, así como algunos grupos editoriales grandes que se han sumado, y eso hace que nuestras inquietudes también cambien.


En ese momento nos pusimos aún más tercos y decidimos hacer un evento de cómic en un país en el que no había ninguna tradición consolidada en ese sentido. Un evento muy radical en su curaduría, porque no queríamos solamente que la gente del mundo del cómic hablase de cómic, sino también atraer a otro público. Así que invitamos a escritores, músicos y cineastas para que hablasen de cómic, así no supiesen nada del tema. Han participado escritores como Ricardo Silva Romero, Antonio García o Andrés Burgos, quienes han moderado eventos y es genial porque, al final, ellos son narradores con palabras que se encuentran con otros narradores que utilizan el lenguaje gráfico para contar sus historias. Pero hemos logrado un reconocimiento no sólo por eso, también porque hemos sido juiciosos considerando el festival como un punto de encuentro para redes de creadores. Tenemos una programación en la que incluimos a autores internacionales, sin dejar de lado la producción nacional y local. Buscamos favorecer un intercambio creativo entre autores tanto colombianos como de otras partes del mundo, ya sean contextos similares o lugares donde su trabajo puede tener una visibilidad mucho mayor. Además, para nosotros es muy importante hacer el esfuerzo adicional de invitar a editores y críticos, porque sabemos que finalmente son los que abren redes y los que pondrán el foco sobre lo que sucede en Latinoamérica. Todos tenemos cierta claridad de que la escena del cómic en América Latina se está dando no sólo por esa nueva ola de la novela gráfica a nivel mundial, pero también por la cantidad de nuevos autores que hay ahora en países donde antes no había una tradición, como puede ser el caso de Colombia, Perú,  Ecuador…  Nos interesa enseñar esa gran diversidad y compararla con lo que pasa en otros lugares.





Contacto:
Entreviñetas
Todos los proyectos de entreviñetas son liderados por la Corporación Entreviñetas, plataforma cultural sin ánimo de lucro creada para el fomento de las artes (en especial el cómic y el dibujo) en América Latina.
Carrera 41 Nº 9-51 Oficina 202
Medellín, Colombia.  info@entrevinetas.com
prensa@entrevinetas.com
http://www.entrevinetas.com/
http://www.entrevinetas.com/contactenos/

Estudiantes
El proyecto fue realizado por estudiantes de la Universidad de Medellín, facultad de comunicación, para la materia de antropología cultural.
Juan Manuel Varela: Juanmavarela@hotmail.com
Vanesa Garcia: Kvanegarcia@gmail.com
Ivan Cabrera: Ivandcabrera@hotmail.com




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